En los últimos días se conoció que el gobierno nacional, bajo su Ministerio de Capital Humano, tiene acopiados en dos dependencias de la localidad bonaerense de Villa Martelli 5 mil toneladas de alimentos y varios artículos de primera necesidad, como así también ambulancias 0 Km, que fueron comprados por la gestión anterior.
La Justicia, a través del juez Cassanello, ordenó al ministerio que reparta los alimentos en 72 hs. Sin embargo, el gobierno apeló la medida y se niega a cumplirla, repartir los alimentos no está entre las prioridades de la ministra Sandra Pattovello ni de Javier Milei.
Cuando hablamos de un gobierno inhumano nos referimos a que no tienen ningún tipo de sensibilidad social. Hoy en Argentina hay 60% de pobreza y casi un 20% de indigencia, y en el marco de esta situación hay 5 mil toneladas de alimentos sin repartir.
Además de alimentos, hay más de 100 sillas de ruedas, 50 camionetas, repelentes, sábanas, colchones y otros artículos que deberían estar en los barrios populares que producto del ajuste están atravesando momentos muy delicados en materia económica y social.
El vocero presidencial Adorni ya comunicó que apelarán la medida judicial y que consideran que hay una intromisión de la justicia en la política. La justificación que brindó fue que los alimentos están para ser usados en catástrofes naturales o situaciones límites.
Esta excusa cae porque su propio peso, en las últimas semanas hubo desbordes de ríos en Corrientes y cientos de muertos por dengue, sin embargo el gobierno nacional no asistió a la población ni con alimentos ni con repelentes.
Por otro lado, el gobierno viene de derrota en derrota, fracasó con la Ley Bases que aún no puede aprobar, fracasó con el Pacto de Mayo y el pasado 25 de mayo realizó un acto con poca concurrencia en Córdoba. Por otro lado, la provincia de Misiones está paralizada hace doce días por la huelga docente, que además tiene varias rutas cortadas.
Como si esto fuera poco, hay una crisis interna en el gabinete, “renunció” el jefe de ministros Posse, acusado de espionaje interno, y con él renunció el Jefe de la Agencia Federal de Investigaciones y la sangría continúa.
El escándalo del Ministerio de Capital Humano es de una magnitud aún no dimensionada, mientras tanto el presidente y su hermana viajan por EEUU. La realidad por un lado y el presidente cada día más feliz en su distopía.
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