Raymundo Gleyzer fue desaparecido por la última dictadura militar el 27 de mayo de 1976. Fue un cineasta, documentalista, militante político argentino y uno de los referentes de la cultura nacional en los años setenta. En nuestro país, en homenaje se conmemora hoy el Día del Documentalista.
Gleyzer hizo cine documental profundamente político. Mostró las realidades más complejas que habitaron en nuestro país y en América Latina, como en México y Brasil.
Raymundo fue un militante orgánico del Partido Revolucionario de los Trabajadores, entendía, junto a su Secretario General Mario Roberto Santucho, que el cine debía ser un arma de combate en el plano de la cultura y una herramienta generadora de conciencia.
Formó parte del Frente de Trabajadores por la Cultura (Fatrac) y creó el Cine de la Base, donde expuso realidades que el cine comercial no abordaba, desde acciones del ERP, brazo armado del PRT, como la expropiación del Banade (Banco Nacional de Desarrollo) a pocos metros de la Casa Rosada, y el secuestro del entonces cónsul inglés y gerente del Frigorífico Swift en Rosario, que le debían salarios a los trabajadores.
Raymundo Gleyzer no solo trabajo lo documental sino que además incursionó en el cine de ficción pero sin abandonar lo político, así nació una obra maestra como “Los Traidores" que muestra la burocracia sindical peronista en un conflicto de la época.
El trabajo de Gleyzer tuvo muchas aristas, fue camarógrafo de Canal 13 y también fue parte del registro audiovisual del recital despedida de Sui Generis en el Luna Park. Sin embargo,
los trabajos más recordados fueron los vinculados a las denuncias sobre la explotación en algún rincón olvidado de nuestro país o de América Latina.
El secuestro de Raymundo también tiene un grado importante de simbolismo, sucedió en la puerta del Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina y luego fue llevado al Centro Clandestino de Detención “El Vesubio”.
Las películas documentales de Gleyzer tomaron del realismo italiano la impronta de trabajar con personas no eran actores profesionales, sino protagonistas reales de los sucesos, lo cual le da un mayor grado de veracidad a los hechos narrados. Además son filmados en tiempo y espacio muy difíciles, por ejemplo bajo dictaduras o la represión ilegal en el último gobierno de Perón y el accionar de las AAA.
La circulación de las películas de Gleyzer se dio siempre en la clandestinidad, fuera del circuito de cine comercial de la antigua calle Lavalle. También se proyectaban en reuniones de militantes en departamentos o casas donde no asistía no más que un pequeño grupo de personas.
La militancia política organizada en los años 70 atravesó todas las esferas de la sociedad. La batalla cultural tan en boga hoy, fue una de las tantas batallas que se dieron, el cine documental fue una de las tantas herramientas para la transformación y Reymundo Gleyzer fue uno de los exponentes que mejor expresaron esa tarea.
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