Por Martin Ravazzano
El pasado 28 de enero el gobierno actual hizo público el acuerdo con el FMI para pagar la deuda que dejó Mauricio Macri, deuda que se fue en su totalidad en la fuga de capitales.
Durante la semana hubo declaraciones de parte de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sobre denunciar a los bancos y sus vinculos con el narcotráfico, a la Justicia y a los organismos como el FMI. Lo cierto es que más allá de las declaraciones la realidad se impuso: el capital trasnacional sobre el gobierno que en su conjunto aceptó sin grandes cambios.
Este "nuevo acuerdo" profundiza la dependencia y el sometimiento para nuestro país. Se viene un ajuste progresista, pero ajuste al fin. Habrá aumento de tarifas ya que se le pide al gobierno que deje de subsidiar a las empresas de servicios como Edenor y Edesur, lo que recaerá claramente sobre los sectores populares. Por otra parte, la inflación no se detendrá; no hay medidas de fondo para que estás situaciones cambien. El gobierno cede ante las presiones del FMI como todos los gobiernos han hecho a lo largo de la historia.
Hoy, sin lugar a dudas, podemos afirmar que el Macrismo apoya el "acuerdo". Más allá de que algunos de sus referentes expresaron querer leer la letra chica, no sería ninguna sorpresa que, aún habiendo sido quienes generaron la deuda, voten en contra. Tenemos que decir que al macrismo le sobre cinismo para tener actitudes de esa magnitud.
En el oficialismo hubo distintas voces pero ninguna hasta ahora ha sacado los pies del plato. El Frente Patria Grande, la OLP y La Dignidad sacaron comunicados con planteos críticos al acuerdo, pero no pasan de comunicados. En el albertismo más duro se lo plantea cómo casi un gesto patriótico. Cuando uno escucha a Gabriela Cerruti prácticamente nos creemos que en el FMI hay buenos muchachos. Ni que hablar si escuchamos al ministro Kulfas, un acérrimo defensor del acuerdo.
Al día de hoy la vicepresidenta Cristina Kirchner no ha hecho manifestación pública de lo sucedido el viernes, hay un silencio que hace mucho ruido.
La pregunta que muchos nos hacemos, por ejemplo, es ¿cómo votará la diputada cartonera Natalia Zaracho? ¿Que dirá Itai Hagman? ¿Y Federico Fagioli ?... Recordemos que el Frente Patria Grande voto a favor del tránsito de las tropas de E.E.U.U. por mar argentino. Así las cosas, está difícil que saquen los pies del plato.
Por su parte la burocracia sindical de la CGT ha salido en apoyo del gobierno, claramente la alineación de los burócratas tiene que ver con una continuidad de la línea de entrega que vienen haciendo hace años, gobierne quien gobierne. Fueron cómplices del macrismo y son cómplices del gobierno actual.
La única vos disruptiva en la política nacional es el planteo del Frente de Izquierda, otros partidos de izquierda y movimientos sociales que abiertamente plantean el no pago. Ya anticiparon que no apoyarán el acuerdo debido a que esto profundiza la dependencia y de alguna manera legítima la fuga de capitales del gobierno de Macri.
Lo cierto es que el capitalismo no puede ser humano ni serio. El capitalismo es capitalismo y por lo tanto apuesta a la destrucción de las condiciones de vida de los pueblos del mundo. Argentina no sera la excepción, lo interesante es saber cuál sera la respuesta del pueblo argentino organizado. El mismo Alberto Fernández dijo que le marquen cuando hiciera mal las cosas, creo que ahí estará la cuestión definitiva, en la calle con la movilización popular.
