martes, 20 de octubre de 2020

A 10 AÑOS DEL ASESINATO DE MARIANO FERREYRA.

 Entrevista a Diego Rojas


En el marco de los 10 años del asesinato de Mariano Ferreyra, el militante del Partido Obrero que fue baleado por la patota sindical del ferrocarril Roca, por manifestarse junto a los trabajadores tercerizados que exigían el pase a planta permanente y reincorporación de los despedidos, surge esta entrevista a Diego Rojas. Él escribió el libro ¿Quién mató a Mariano Ferreyra?, en el cuál se basó la película del mismo nombre, y cuya investigación fue tenida en cuenta en la causa judicial que llevó a la cárcel a José Pedraza, líder del sindicato Unión Ferroviaria, a otros sindicalistas, a miembros de la patota y hasta a la policía, acusada de dejar la zona liberada para que se cometiera el crimen. Diego es periodista y militante de la Tendencia del Partido Obrero. Escribeactualmente enInfobae, y nos cuenta cómo fue escribir sobre un hecho que conmocionó a la sociedad argentina, cuyo trasfondo sigue teniendo vigencia.


Por Noelia Bujía, estudiante de la Lic. en Periodismo de la UNDAV


¿Por qué decidiste escribir un libro sobre el asesinato de Mariano Ferreyra?

Cuando sucedió el asesinato lo sentí como una cuestión que me perturbó mucho personalmente. Esa jornada, y el hecho de que se matara a un joven, a un pibe de 23 años que era un militante. Un asesinato político de esta naturaleza, y con una cercanía que yo tenía porque había militado en el Partido Obrero, hizo que prontamente lo hiciera. Porqueel crimen fue en Octubre, ya en Noviembre había decidido realizar el libro, y comencé a hacer la investigación en Diciembre, por esta perturbación, y por la posibilidad de pensar que el periodismo podía aportar en algo a la cuestión de Ferreyra. Y la premura, en aquel momento, para realizar la investigación, también tenía que ver con que no fuese apropiado, distorsionado, el hecho de una militancia de Mariano Ferreyra en una organización socialista, revolucionaria, que si era realizada por un periodista ajeno, no al campo político, pero sí a la comprensión de esta militancia de él, podía distorsionar en mucho su figura, y, porlo tanto, la decisión que tenía de participar en la lucha de los ferroviarios tercerizados.


¿Y recibiste amenazas o tuviste miedo mientras hacías la investigación?

La verdad que no. Primero amenazas no recibí, y luego no tuve miedo, a pesar de que me manejé en un mundo bastante oscuro, un bajomundo, un bajofondo que es el del ferrocarril y sus sectores más bien delincuenciales. Creo que el temor lo que puede hacer es coartar el desarrollo de la investigación. Por el contrario, si vas por la vida más inconscientemente, con el objetivo de investigar y de llegar lo más que puedas a la verdad, el miedo, el temor, no aparece, y permite una audacia. En un momento tuve un cierto temor. Después de hacer la entrevista a Pedraza. Terminada la entrevista yo sabía que tenía un material muy importante. Recuerdo que me puse en el box el grabador, y estaba en el cuarto piso del sindicato. Tomé el ascensor y rápidamente crucé porque dije: “Bueno, acá pueden venir, pueden intentar sacarme el grabador…”.Entonces, salí, crucé, esto es en avenida Independencia, me tomé un taxi, ahí si pensaba: “Rápido, rápido, que venga el taxi ya para poder irme”. Pero ya había pasado la entrevista. De cualquier manera se hubiese conservado en mi memoria. Aunque, es una discusión interesante, hay quienes dicen que sino está grabado no es una prueba. Lo cual es ridículo, porque Walsh no tenía un grabador para sus entrevistas, ni Truman Capote, ningún investigador, sino que ellos en aquella época lo que hacían era tomar notas, y ejercitar la memoria, no tenían una ayuda que es un grabador. Pero, como si tiene una valoración positiva, siempre está bueno tener una grabación si la podés tener. Por eso ese temor de que me sacaran el grabador hizo que en ese momento tuviera esos minutos de bajar el ascensor y cruzar la avenida.


Incluso leí que la jueza te citó como testigo, entiendo que también por esa entrevista que le hiciste a Pedraza.

La jueza Wilma López me llamó después, para decirme quequería tener una reunión conmigo, pero no se concretó. Sí fui llamado como testigo, principalmente por esa entrevista, pero luego la investigación siguió, pero la entrevista esa fue la única que Pedraza dio a un periodista en donde tuvo declaraciones autoincriminatorias. Fui llamado al juicio por esa entrevista pero también por otros elementos de la investigación que yo realicé. Ya a fines de marzo el libro estaba en las librerías. Cuatro meses de investigación, de escritura, de impresión y edición del libro. Luego, la investigación del caso siguió en la justicia. Posteriormente yo alcancé a hablar con un testigo muy importante, pero muy importante, era un hombre de la patota arrepentido, que identificó a Favale que es el que disparó una de las balas asesinas que mató a Mariano Ferreyra. Esto no está en el libro porque fue posterior.


Igual en el libro no decís el nombre pero mencionás a personas así. ¿Hubo varios, no? Distintos arrepentidos, porque participaron distintos trabajadores ahí en esa acción del sindicato.

Si, una vez publicado el libro fue más fácil alcanzar la colaboración de trabajadores del ferrocarril, y alguno de ellos planteó la reserva de su nombre, un pedido válido. Por ejemplo, este testigo era un testigo protegido, había que sí o sí conservar la identidad en resguardo.


 ¿Y cómo planificaste la investigación? 

La investigación tiene una estructura de triada. Una parte es qué pasó ese día, otra trata sobre qué es la tercerización, todo lo que tiene que ver con el ferrocarril, y la tercera es sobre quién fue Mariano Ferreyra. Tiene esas tres divisiones bastante claras, y ese fue el organigrama digamos que dio la investigación. Con respecto a qué pasó ese día, había que hablar con quienes habían estado allí, entonces hablé con gente que estuvo en la manifestación. Porque, en aquel momento, nadie quería hablar dentro de los que habían participado de la patota. Después si, pero en un primer momento no. Eso es bueno porque una investigación, un trabajo periodístico, puede producir que aparezcan arrepentidos, que tengan confianza que está bien llevar adelante una investigación de esa naturaleza. En relación a qué pasó ese día, está dividido en horas prácticamente. Luego, para hablar del ferrocarril, tenía que ir a la biblioteca, tenía que buscar todas las ponencias que existían sobre la tercerización. Que en aquel momento no se había desarrollado tanto en términosde estudios académicos. Para buscar cifras, tratar de ver en el mapa del campo laboral cuántos tercerizados había, que son los sectores más explotados de la clase obrera que es de por sí explotada. Y ahí está la parte de Pedraza en esta división que recorre el libro. Luego, la otra parte era quién fue Mariano Ferreyra, entonces había que hablar con familiares, amigos, sus compañeros de militancia. Desde un primer momento yo sabía que había que hacer ese plan, y que el libro debía llamarse: ¿Quién mató a Mariano Ferreyra? como una referencia a Walsh. Eso ya estaba desde el día que dije: “Hay que escribir, y hay que investigar”. Y luego, ya naturalmente, ese plan librarlo muy temprano porque iba con la investigación posterior. 


¿Y por dónde empezaste?

Primero fue ver qué había pasado ese día. Yo tenía que hablar con la parte de los manifestantes. De ahí todo el mundo quería hablar. Habían sido parte de un episodio del cual habían sido víctimas. Todo el mundo quería aportar a la investigación. Saber qué había pasado según su punto de vista era muy importante. Entonces, yo tenía ahí como una selección, porque sino iba a ser un libro como la voz de los manifestantes. Después, la parte del ferrocarril y la burocracia sindical, esa parte era la que había que agarrar a cualquiera que quisiera hablar. De ahí que me relacioné con gente que no tenía ningún tipo de aporte, pero si tenía la posibilidad de relacionarme con otra gente del ferrocarril. Gente que decía: “Yo tengo un aporte, yo tengo la posta”, y en realidad vos sabés que eso no es, digamos, lo cierto. Pero, esa gente si conoce a otra gente que te va relacionando, y vas armando unos vínculos de esa manera. Y también podía tener acceso al expediente mientras estaba realizando la investigación. Por ejemplo: Favale dice 'al gil ese le abrí la panza de un tiro'. Esas palabrasno me las contó a mi sino que estaban en la investigación judicial del caso. Una cosa que a mí me interesaba, en la parte de la construcción del eje del 20 de Octubre de 2010, era que hubiesen, más que relatos individuales, movimientos de grupo. Por ejemplo, Ferreyra nunca es mencionado como Mariano Ferreyra, sino como “el responsable de Avellaneda”. No se nombra en ese momento, justamente porque me interesaba mostrar que no había un héroe. Esa cosa del héroe, la reconstrucción de los hechos y la representación de los héroes es una parte de la literatura estalinista, de la literatura panfletaria, que no tiene que ver con lo que a mí me interesaba. Pero sí esos momentos, no de masas porque no son tan masivos, pero sí de esos grupos que mostraban que había unos arriba de las vías, otros abajo, que alguno le gritaba una puteada, pero no sabías quién. Y entonceseso también, aunque finalmente es lo que sucedió más o menos, según los testimonios judiciales, y según los testimonios a los que yo accedí, me permitía navegar en la escritura con mayor libertad sin tener el temor de estar mandándome cualquiera, dado que tenía que hacer el libro lo más rápido posible para que funcionara como una herramienta.


 Y con respecto a los otros puntos que también estuviste analizando para la investigación, como ir a la biblioteca para investigar sobre la tercerización. ¿Te fue sencillo?

Fui a buscar información a la biblioteca de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.Después en internet, algunas páginas como Academia o Scielo, donde se suben ponencias, trabajos académicos. Aprendí bastante sobre todo eso.


Y en la parte de los testimonios más de los allegados a Mariano, de la familia, los amigos. ¿Cómo fue?

Primero hablé con Pablo Ferreyra, después con Jacyn, con “El Be”. Luego con la mamá de Mariano Ferreyra, y otros amigos suyos también.


Había leído que en una nota vos comentabas que justo a la mamá te tocó ir a entrevistarla en el día de su cumpleaños, que lo quisiste modificar pero no se pudo. Con respecto a eso, no solo de lo fuerte de entrevistar a la madre sino también a todas las personas más cercanas, porque, si bien vos estas contando un hecho que ocurrió, sos, por así decirlo, parte, en el sentido de ser militante, tener conciencia de lo que significó ese hecho, y estar en la misma organización que Mariano. ¿Cómo lo manejaste a eso?

Yo lo pensaba no solo como un trabajo periodístico, sino que yo lo pensaba todo el tiempo como una herramienta que podía ser utilizada en la resolución del conflicto. Yo escribí varios libros luego, y alguno me lo encargaron, alguno también estuvo bien, pero quizás tenían un carácter más periodístico, no tenían una consecuencia como libro, como investigación. Luego, con respecto a lo de la madre de Mariano Ferreyra, fue justamente que no me daba la entrevista, no me la daba. Pablo me decía: “Ya viene, ya vá, pero ahora viajó a Santa Clara”. Entonces dije: “Voy, voy allá”. Y fui, fui a un hotel. Llamé y dije: “Mirá, estoy acá”. Y dijeron: “Bueno, está bien, vení dentro de dos días”. Paseé un rato por Mar del Plata, alquilé un auto y me fui allá. Entonces, me dijo Pablo: “Igual te quiero decir que hoy es el cumpleaños de mi mamá”. “No, no, no, cambiemos”, le decía. “No, ya está”, me dijo.  Fue muy emotivo, pero justolo que pasa es que cuando estás haciendo una entrevista tenés que sacar lo máximo que puedas del entrevistado, y en ese sentido lo máximo que se podía sacar era el dolor de una madre. Yo tenía que hacerlo. Entonces, en cierto punto uno está conversando con una persona, si vés que se pone mal decís: “Bueno, cambiemos de tema”. En cambio acá seguís, seguís, y seguís explorando esa parte, que siga, que siga, y te sentís un hijo de puta, pero había que hacerlo. Y cuando terminé la entrevista, me despedí, me fui, tomé el auto, y tuve que parar en la ruta un rato para poder descargarme tranquilo de la emoción de esa entrevista a la que había asistido.


Vos mencionaste, que también fue la postura del Partido Obrero y de los sectores de izquierda en ese momento, que fue un crimen político. En ese momento se había hablado de la escucha de Tomada, que al final eso quedó ahí, no se investigó nada. La escucha de Carlos Tomada, Ministro de Trabajo en aquel momento, con Pedraza.También se lo había mencionado a Aníbal Fernández por el tema de la policía. ¿Pensás que hubiera sido necesario que se enjuicie también a los responsables políticos del crimen?

Mirá, la cuestión del crimen político es porque había una cuestión que tenía que ver con la tercerización, había una lucha por terminar con la tercerización, y la venia que tenía Pedraza para llevar adelante los métodos que llevaba. Unos meses antes, Cristina Fernández había estado con Pedraza en la sede de la Unión Ferroviaria, y había dicho: “Este es el sindicalismo que construye”. Después, ese sindicalismo asesinaba. Esa es la responsabilidad política, y por eso acá se estaba defendiendo un negocio que contaba, justamente, con la venia del poder político. Un negocio millonario. Esas responsabilidades no fueron tocadas, ni investigadas, pero debían haberse investigado por la justicia. 


Ahora, a 10 años del asesinato de Mariano. ¿Qué pensás que dejó este hecho para la sociedad en general, y también para la juventud y los trabajadores en particular?

Hay una cuestión que es la más concreta. La impunidad que puede tener un límite, y un poderoso puede pagar por sus crímenes si los comete. Tal como Pedraza, tal como el Gallego Fernández, que defendieron un negocio y lo decidieron defender a los tiros, con todos sus tiradores, sus patoteros. Por un lado eso, que es posible que con lucha, con organización, se alcance a lograr que la impunidad se termine. Luego de esto, el negocio de la tercerización continuó. Por un lado, ingresaron más de 2.000 trabajadores, y las autoridades del ferrocarril, de SOFSE, que era una empresa estatal, se negaban a ingresar a 100 trabajadores tercerizados al ferrocarril que habían decidido luchar por cobrar lo que correspondía según su tarea. Después del crimen de Ferreyra tuvieron que ingresar a 2.000 trabajadores a la planta permanente del ferrocarril. Fue un triunfosindical muy importante, pero luego la tercerización sigue. O sea, también como hecho esta la cuestión de que esa forma se ha profundizado, de tercerización, el monotributismo, la precarización laboral, son cada vez más grandes. Entonces hay una tarea, no es que se concluyó una tarea. Hay una tarea pendiente. Y luego, me parece que nadie podría señalar que hay que dar la vida por una causa. Hay que vivir para militar y seguir luchando. Que hayan asesinado a Mariano Ferreyra forma parte de lo injusto del sistema en el que vivimos, del modo en que se dan las relaciones entre que los poderosos y los trabajadores. Pero, a la vez muestra la posibilidad de una militancia, un protagonismo de la militancia a los jóvenes en una época en la cual la militancia socialista, sobre todo, no se promueve como tal. La figura de Mariano Ferreyra, su lucha, y su lucha socialista, su militancia socialista, le brindan a esto también ver a una imagen posible de realizar de que los jóvenespuedan militar del mismo modo que Mariano Ferreyra, por dar vuelta las relaciones sociales que rigen el mundo.


Y por último. ¿Vos creés que hace falta un periodismo más comprometido con la realidad para desenmascarar este tipo de cuestiones, como hiciste vos? Y también, por ejemplo, ahora como pasa con la toma de tierras en Guernica que desde muchos medios hegemónicos se dice que los vecinos son ocupas.

Claro, yo creo que el periodismo como tal tiene una base central que es la siguiente, la de desenmascarar al poder. No estigmatizar y oponerse, como decís vos, a los ocupantes de Guernica de acuerdo a intereses de los gobiernos, sino ver qué pasa allí, por qué se encuentra ese lugar ocupado. Una cosa que a mí me llama la atención es que son 200 familias, 200 familias es mucha gente. Hay que ver cómo se llegó a la ocupación de tantas personas, que creo que no fue todavía enseñado al mundo. Pero volviendo atrás, el periodismo, como tal, tiene que ser un periodismo que desenmascare los velos que el poder quiere usar para ocultar sus crímenes, negociados, o malos manejos. Esa es la misión más potente del periodismo. Y creo que, si bien todo periodismo puede ser interesante, alguno sí es más interesante y otro es una porquería, que es el que protege a ese poder que en todo caso debería desenmascarar. Y personalmente, pienso que el periodismo de investigación, que es el que te decía, es el periodismo que más brinda a la sociedad.





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