Por Alejandro Szwarcman
Un hecho que corrobora aquello de "entre bueyes no hay cornadas" y que de algún modo debería haber funcionado como el principal argumento de Cristina para adornar su alegato, es que ni Prat Gay ni Federico Sturzenegger apenas asumidas las máximas funciones del Ministerio de Economía y del BCRA respectivamente, desconocieron los contratos de dólar futuro emitidos por el trío Cristina-Kicillof-Vanoli.
Es decir, si aquello fue una estafa contra el Estado, no hicieron más que homologarla para terminar de consumarla.
No anularon esos contratos espurios de la gestión kirchnerista porque tenían una excelente razón para hacerse los boludos: el dólar futuro es una herramienta de especulación pura para los usureros. De tal modo que explicarles a "los inversores" que el negocio era demasiado fácil para ellos y demasiado ruinoso para el fisco era como tirarse un tiro en el pie para la banda de asaltantes que asumió en 2015 con Macri a la cabeza. Un compañero decía que hubiera sido algo así: “ustedes saben que todo esto era una chantada K y un curro para ustedes, anulemos todo y acá no ha pasado nada”.
Pero fijate cómo juegan al perro y al gato delante de todo el mundo, pero al final terminan avalándose las mismas tropelías: "El Banco Central bajo la gestión K de Alejandro Vanoli, en las semanas anteriores a las elecciones, cuando no había dólares para sostener una presión creciente alentada por la expectativa de devaluación, vendió “dólares futuros”. Esto es, vendía dólares que no tenía a través del mercado de futuros de Rosario (Rofex) y el Mercado Abierto Electrónico (MAE), a depositar en marzo, a un tipo de cambio fantasioso de 10,80 pesos por ese entonces, más o menos. Si a la fecha señalada el dólar estaba más caro, el BCRA se comprometía a dar a los compradores la diferencia. Y el pago se gatillaba automáticamente si había devaluación. Algo tan cantado, y un negocio tan seguro, que la burguesía argentina compró nada menos que 16.000 millones de dólares a futuro en menos de dos meses. Por supuesto, el agujero por la diferencia de cotización lo iba a tapar el BCRA con emisión: entre 50.000 y 70.000 millones de pesos de quebranto puro para la gestión iniciada en 2015". (fuente: Marcelo Yunes).
De tal modo que kirchneristas y macristas se denuncian mutuamente por los mismos delitos. Un espectáculo pornográfico que se exhibe como una cortina de humo delante de las narices de una clase trabajadora cada vez más empobrecida.
El 40% de esos dólares lo compraron 10 cerealeras, y casi todo el resto se repartió entre 20 bancos, 8 terminales automotrices y 5 empresas de Tierra del Fuego que terminaron, por si fuera poco, amenazando con juicios al Estado por incumplimiento de contrato. Finalmente todo terminó con un arreglo, mejor dicho una quita: al valor pactado se le sumaron 1,75 pesos. Si la compra fue en octubre de 2015, y 1,25 pesos si la compra fue en noviembre del mismo año.
No hay nada que hacerle: el problema del capitalismo es el capitalismo.
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