Por Martin Ravazzano
La fuga de la cárcel de Rawson, protagonizada el día 16 de agosto de 1972 por los compañeros de distintas organizaciones revolucionaria—PRT-ERP, FAR, Montoneros- es un acontecimiento histórico. Y es el deber de toda la izquierda revolucionara reivindicar esa acción, pues fue la expresión más firme de la unidad alcanzada por las organizaciones revolucionarias de nuestro País. La respuesta a la fuga de la cárcel de máxima seguridad de Rawson por parte de la dictadura de Lanusse fue feroz. Los 16 compañeros que por imprevistos durante la fuga no pudieron abordar el avión en el que si escaparon los dirigentes de dichas organizaciones, fueron detenidos en el aeropuerto de Trelew, trasladados a la base Aeronaval de Trelew, y a pesar de todas las garantías acordadas para respetar sus vidas, fueron fusilados salvajemente dentro de la misma. No podían permitir que ese ejemplo de combatividad, unidad política y de acción prosperara.
La fuga era lo primero en lo que se debía pensar cuando se caía en las manos del enemigo. Y la de Rawson fue un ejemplo de planificación, unidad y audacia para ejecutarla en el marco de la lucha revolucionaria que estaba atravesando nuestro país. La elección de dicha cárcel en, un lugar tan apartado, tenía como objetivo alejar de sus familias y de su organización a los militantes, dirigentes políticos y sindicales que enfrentaban a la dictadura, entre ellos Agustín Tosco, que si bien no participa de la fuga, colabora activamente en mantener en alto la moral y espíritu de resistencia de los compañeros que participaron de la toma del Penal y que no alcanzaron a escapar.
La fuga y la posterior masacre de Trelew tiene muchas aristas. Entre ellas el rol de Salvador Allende, quien siendo Presidente de Chile y dirigente del Partido socialista, otorga el asilo político a los fugados, y sin someterse a la presión del gobierno argentino, resuelve el envío de los revolucionarios a Cuba, dando un ejemplo de solidaridad internacionalista por parte de ambos Gobiernos. Un dato no menor, en estos tiempos de claudicaciones y convivencia, de cómo enfrentar a la reacción y el imperialismo para apoyar a los militantes que luchaban por la Revolución Socialista de este lado de la Cordillera de los Andes.
Hay que poner en alto las banderas de nuestros compañeros que se fugaron y la de los que luego fueron asesinados en la base Almirante Zar. Ellos fueron la expresión más cabal del compromiso con la Revolución, donde como decía Guevara se triunfa o se Muere. Un ejemplo a recuperar hoy, no solo como memoria o hecho histórico, sino como compromiso y conducta militante. La dictadura de ese entonces quiso ejemplificar con este crimen a la clase obrera y a los militantes que marchaban a la vanguardia de la misma. La respuesta fue contundente. Una ola de indignación y odio hacia la dictadura sacudió al País, las luchas se profundizaron, crecieron las organizaciones revolucionarias y un año después la dictadura se retiraba, previo acuerdo con los partidos de la burguesía, en especial con Perón, para detener, desviar y aplastar la ola revolucionaria.
La audacia y compromiso con la militaban los compañeros del PRT-ERP, FAR o MONTONEROS, más allá de sus diferencias, es algo de lo que debemos aprender las nuevas generaciones. La reivindicación de Trelew no puede quedar en la victimización de los compañeros. Los revolucionarios no son víctimas. Son hombres y mujeres que triunfan o caen luchando contra un enemigo feroz. Son quienes toman decisiones de manera consciente y las llevan adelante dispuestos a pagar el precio que la lucha por la libertad y el socialismo exige. Hoy sin negar aciertos o errores, debemos estudiar y analizar las experiencias de luchas y organización que nos legaran estas compañeras y compañeros. Recuperar sus banderas, sus ejemplos, su disciplina revolucionaria y su audacia combativa, es una tarea imprescindible en esta época de post modernismo, de ideas suaves y liquidas, donde no faltan arrepentimientos y claudicaciones.
La lucha de aquellas compañeras y compañeros era la lucha por la Revolución Socialista. Hay que ser claros y dejar más claro aún los métodos y los proyectos. Sin pelos en la lengua y con la firmeza que debe caracterizarnos a los que hoy luchamos por la Revolución Socialista.
EXCELENTE NOTA MI ESTIMADO AMIGO PERIODISTA, LA LIBERTAD NO ES UN SUEÑO ... ESTA MAS ALLÁ DE LOS MUROS.! ES HORA QUE EN CADA CÁRCEL LOS PRESOS POLÍTICOS CREEN LOS COMITÉS DE FUGA...POR LA LIBERTAD VALE TODO.
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