martes, 13 de abril de 2021

LA GREMIAL EN RELACIÓN CON EL TEMA DE LOS DERECHOS HUMANOS.


A PROPÓSITO DE LAS DENUNCIAS QUE TRAMITAMOS SOBRE LA REPRESIÓN EN PARAGUAY. 

PROFUNDIZAR LA CAMPAÑA POR LA LIBERTAD DE LAURA Y CARMEN VILLALBA Y LAS DENUNCIAS POR LAS NIÑAS

SOBRE LA CUESTIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

La Gremial ha dado al respecto, innumerables veces, su punto de vista y lo reiteraremos acá porque hace al criterio con que venimos llevando las denuncias internacionales relacionadas con la represión en Paraguay.

Nosotros y nosotras partimos de la base de que el “mito” de los Derechos Humanos se asienta sobre el supuesto falso de que todos los seres humanos somos iguales, sin distinción alguna, escondiendo la división de clases y las relaciones de explotación a las que se encuentra sometida la mayoría de la humanidad.

El concepto de Derechos Humanos que predomina y que “marca la cancha” es el que esconde las legítimas luchas contra los crímenes que cometen los estados en el capitalismo en el marco de la pretensión de “fin de la historia” que constituye un pilar de la hegemonía ideológica de la burguesía.

Para esta concepción no hay otro mundo posible y la sucesión de modos de producción que constituye la historia humana ha alcanzado su cumbre definitiva. 

Así, por lo tanto, se ha alcanzado, por un acuerdo de los estados y pueblos del mundo, la comprensión de que hay derechos consustanciales a la persona humana, inherentes a ella, ahistóricos, universales.

En ese sentido, una de las frases paradigmáticas en Argentina, y que representa este pensamiento, ha sido la de “Nunca Más”, como si la represión de 1976 fuera el punto final de la lucha de clases que fue el marco en la que se produjo; como si su sola enunciación, o la mera voluntad, pudieran poner un límite a la barbarie o hacer desaparecer sus causas estructurales. 

Partiendo de la concepción individualista del ser humano (también ahistórica, o mejor dicho, negadora de la historia), que sólo entiende “los derechos” como propios de los sujetos individuales y a los “derechos humanos” dentro de una supuestamente eterna dicotomía entre individuo y estado, el concepto permite otorgar un marco teórico desde donde despojar las violaciones de DDHH de los contextos en que se producen y particularmente de la historia de la lucha de clases.

No hace falta mucha análisis para notar que la sub-ideología de los Derechos Humanos es sólo una expresión de la ideología de la burguesía, partiendo de los presupuestos básicos de ésta y sin ponerlos jamás en cuestión.

Por eso siempre dijimos que, para la Gremial, el tema “Derechos Humanos” debe considerarse en relación con situaciones históricas determinadas más que con relación a la puntualidad de represiones específicas. 

Dicho de otra manera, la Gremial entiende que, en la Argentina, en Paraguay o en el mundo, existen procesos de luchas, procesos de cambio, luchas nacionales, territoriales y/o luchas de clases o luchas anticolonialistas y antiimperialistas. 

En este marco, nuestra Asociación ha dicho que siempre, en todos los casos, estará del lado de los Pueblos, de los luchadores y luchadoras, y sobre todo de las organizaciones que lleven adelante esas luchas, cualesquiera sean los métodos, los medios o las vías que sean utilizadas. 

No le corresponde en absoluto a la Gremial analizar, criticar o evaluar las formas de lucha de cada pueblo u organización.

Siendo así las cosas, a nuestro entender, la calidad de esas luchas (dicho esto en el sentido del nivel de organización de los pueblos y, por supuesto, del nivel de violencia que conlleva), generará siempre y en todos los casos, determinadas consecuencias. 

Eso es inevitable; no hay luchas del tipo de las aquí mencionadas sin consecuencias, eso no existe.

En la historia de la defensa de su poder y sus privilegios por parte de las distintas clases dominantes (y la burguesía no es excepción), hay muertos, presos, desaparecidos, asesinatos en masa, secuestro de niños y niñas, violaciones y todo tipo de aberraciones inimaginables. Esto no es una descripción arbitraria de la Gremial de Abogados y Abogadas de la Argentina, esto es lo que nos dice la Historia.

Si no existen las luchas aquí indicadas, la represión tampoco existe al nivel mencionado, a lo sumo será una represión preventiva y aleccionadora –que tiene como objetivo el control social– como la que se produce contra nuestros jóvenes de los barrios pobres en casos de “gatillo fácil” o “causas armadas”, pero también en el hecho de que las cárceles están, casi exclusivamente, llenas de ellos.

Pero la lucha político-ideológica genera siempre consecuencias terribles para los luchadores y luchadores, porque la crueldad silenciosa que condena a millones de seres humanos a la desigualdad más atroz que haya vivido nuestra historia se acrecienta aun más contra quienes amenacen o pongan en peligro el sistema que la sostiene; y ahí aparece, entonces, la violencia que ejercen, en particular los Estados, en su forma más explícita, la represión en su máxima expresión: la represión a las organizaciones populares y a sus miembros. 

Entonces, como se ve, el concepto de “violación a los Derechos Humanos” es algo sobre lo que la Gremial tiene su particular punto de vista. Por esa razón decimos siempre que no somos una organización de DDHH, sino de Solidaridad; solidaridad con esas luchas, solidaridad en la que colocamos nuestra organización, con todas sus limitaciones, a disposición de quienes las llevan adelante. 

Nosotros tenemos un concepto que podemos denominar *histórico*. Entendemos, como dijimos, que son las luchas populares o las revolucionarias o antiimperialistas, las que generan represión. Y que esa represión es, en general, acorde al desafío al que la clase dominante cree enfrentarse. 

En ese marco es que no aceptamos el concepto de “víctimas” que recorta –obviamente sin inocencia– y quita el contexto de las luchas de fondo donde se desenvuelven; en particular, el protagonismo de quienes las llevan adelante. 

La Gremial de Abogados, entonces, no defiende “víctimas” sino luchadores y luchadoras, en referencia al nivel de conciencia y compromiso de quienes asumen esas luchas. Tampoco representa a los y las jóvenes pobres y a sus familias en calidad de “víctimas”, sino como parte de nuestro pueblo trabajador que son tratados como enemigos por un Estado que representa y pertenece a los explotadores. Un Estado que, desde nuestra visión, no comete “errores ni excesos”, sino, simplemente, cumple su misión de abatir a la clase explotada.

Un luchador o una luchadora consciente de por qué pelea, por qué se expone, por qué se arriesga, no puede ser considerado una “víctima” para la Gremial de Abogados y Abogadas de la Argentina.

Y decimos más: incluso aquellos y aquellas que podrían (hipotéticamente y en casos específicos) ser “víctimas”, en el sentido de no ser militantes o combatientes; aun en esos casos, si las mismas son consecuencias de las luchas, de los enfrentamientos, al estar relacionadas, aunque sea indirectamente a ellos, tampoco serían víctimas, puesto que sus padecimientos por crueles que fueran, tienen que ver con los procesos que relatamos.

No es lo mismo la víctima de un accidente que considerar víctima a un luchador o una luchadora. Tampoco los hechos que sufren son obra de sujetos perversos que desde un lugar de poder se les ocurre atacar gente. 

Acompañando al concepto ahistórico de lo que se suele denominar “Derechos Humanos”, existe otro que podríamos llamar coyuntural o quizás humanista o probablemente justiciable.

Esta concepción minimiza la lectura de la historia del concepto como fruto de los horrores cometidos (particularmente durante el siglo 20) por los Estados capitalistas o los imperialistas y, a la vez, como respuesta de esos mismos Estados. Un concepto ahistórico que se pretende como un concepto de “justicia”, de seres humanos a quienes se les privó de justicia; todo ello a partir de una coyuntura determinada, sea un golpe militar o represiones de cualquier tipo.

Los y las que así opinan suelen no otorgarle peso al proceso histórico que lleva a esas violaciones, ni mucho menos las identidades de las organizaciones a las que pertenecen los reprimidos y reprimidas. Consideran la coyuntura específica a partir de la cual se afectan determinados derechos y, por tanto, el reclamo especial es el de “Justicia”, la que se suele requerir muchas veces al mismo Estado que produjo las represiones y en muchos casos hemos asistido que se les requieren también a los mismos gobiernos.

Por supuesto que este concepto de Justicia deja de lado los objetivos o, incluso, las injusticias sociales que puedan haber sido el origen de las luchas colectivas y la represión. 

En términos generales, las “reparaciones”, cuando las hay, siempre apuntan a lo individual y a los efectos, nunca a las injusticias estructurales que explican el conflicto y los comportamientos.

Estas dos definiciones que esbozamos son absolutamente diferentes en lo conceptual y por tanto originarán distintas acciones, distintas formas de actuar; incluso hasta en lo jurídico. 

La Gremial, claro está, guarda respeto y consideración por los compañeros y compañeras que no opinan como nosotros, a quienes en muchos casos conocemos y apreciamos.

Y también reconocemos que nuestro pensamiento es muy minoritario, tanto entre los organismos de Derechos Humanos como en sectores progresistas y de izquierda en la Argentina.

Pero, no por ello podemos dejar de plantear nuestros criterios. En primer lugar, porque estamos en nuestro derecho de hacerlos conocer y, luego, porque planteadas con sinceridad y buena fe las convicciones, siempre serán más fáciles las discusiones.

Escondiéndolas, como a veces nos piden, o poniendo por delante “la unidad” como muchas veces invocan para que no digamos lo que pensamos, se hará un daño mucho mayor que poniéndolas sobre la mesa como acá lo hacemos.

Dicho esto, eso no significa que resignemos el espacio de Derechos Humanos como un ámbito desde el cual pueda contribuir a los procesos emancipatorios, siempre y cuando este espacio sea parte de la agenda de los pueblos y no de organizaciones creadas, financiadas o promovidas desde el enemigo (Imperialismo, enemigos de clase), que se condene la acción del Estado y/o sus sirvientes en cada caso particular sin que ello lleva a condenar las variadas formas de lucha que cada pueblo y sus organizaciones adopten en cada caso concreto. Sin dudas, desde ese lugar, las acciones permiten conocer y difundir las luchas que se llevan adelante debilitándose la actividad y/o fortaleza estatal y tienden un puente en la sociedad que permite una mayor comprensión del marco en el que se desarrollan. 

SOBRE LA HISTORIA DE LA GREMIAL DE ABOGADOS

Este punto no pretende sino volver a explicar de dónde venimos; para facilitar entender por qué pensamos de la manera expuesta arriba y para, finalmente, entrar el tema de nuestro accionar en el conflicto en Paraguay por la disputa de la tierra entre el campesinado y los latifundistas.

La Asociación Gremial de Abogados nace a fines de los 60, principios de los 70, en tiempos de las dictaduras militares encabezadas por el General Onganía, primero, y el General Lanusse, después. Tiempos de represión, aunque no de la dureza, gravedad y escala que vendría posteriormente.

Los abogados que defendían presos políticos eran perseguidos y represaliados. Y los Colegios de Abogados que, se suponía, debían defender a los colegas, en lugar de ello representaban los intereses de los poderosos estudios jurídicos ligados a las multinacionales y las grandes empresas (al igual que ahora) o ponían incluso a sus miembros al servicio del propio Estado represor.

Es por eso que la Gremial debe su denominación, su identidad, a que era una especie de estructura propia para defenderse de esas represiones, ya que los Colegios no lo hacían.

Eran tiempos de auge en las luchas populares y de gran crecimiento de las luchas nacionales y sociales, al tiempo que se desarrollaban con fuerza las organizaciones armadas revolucionarias.

El concepto de “Derechos Humanos” como hoy se lo conoce, no existía; y tampoco tenía porqué existir. En general, salvo poquísimas excepciones, nadie clamaba por “respeto” a los Derechos Humanos, ni menos se pedía “Justicia”. La Justicia, se sabía, sólo podía provenir de la lucha social y política, no de uno de los poderes del Estado. Los revolucionarios y revolucionarias, los y las dirigentes sindicales, sociales o barriales luchadores peleaban y morían o eran detenidos y/o torturados en una lucha que se elegía con conciencia y sus consecuencias eran parte del compromiso asumido.

En procesos como aquellos, los revolucionarios y revolucionarias ejercían su propia Justicia revolucionaria contra las fuerzas represoras o los dirigentes sindicales traidores o los propios capitalistas; y todos estos últimos también operaban con todo el aparato del Estado para exterminarlos.

La Asociación Gremial de Abogados (así su nombre original, hoy los descendientes políticos y jurídicos de aquellos gloriosos colegas denominamos “de Abogados y Abogadas” a nuestra Gremial) se creó para autodefensa y también porque nucleaba a los defensores de presos políticos.

Sin la Gremial habrían sido mucho más difíciles gestas heroicas como la famosa fuga del penal de Rawson, para dar un ejemplo, o de otras prisiones.

Como decimos en nuestro material “La Historia que nos honra”, que recomendamos leer, la Gremial se desarrolló en toda la Argentina y llegó a producir asambleas nacionales de hasta 300 colegas y tuvo materiales de prensa propios.

Y, como corresponde, porque no podría ser de otra manera, esa Gremial fue duramente reprimida. En tiempos de su fundación ya hubo abogados asesinados y desaparecidos. Posteriormente en 1974/75, durante el gobierno peronista y con la creación de la Triple A, esa represión se incrementó. Varios de sus fundadores fueron ejecutados o desaparecidos.

Y entonces, la Gremial, por razones de seguridad entre otras, no pudo seguir funcionando organizadamente. Los compañeros y las compañeras de las organizaciones caían presos y ya no era posible una defensa jurídica como a principios de los 70, porque los abogados eran igualmente secuestrados o asesinados. La dictadura militar de 1976 dio la puntada final a todo esto y la Gremial desapareció por completo. 

La Gremial tiene más de 150 colegas desaparecidos, asesinados o muertos en las torturas.

Aun así, durante la feroz represión de un gobierno constitucional y luego durante el golpe militar, nadie pedía “Justicia” o respeto a los derechos humanos. 

El cambio en las formas de dominación a nivel global tuvo, justamente, una expresión temprana en la política de “Derechos Humanos” llevada adelante por el Departamento de Estado de EEUU de la administración Carter que comenzó a marcarles un cambio de rumbo a las burguesías que, hasta allí, se manejaban preferentemente con dictaduras militares, también impulsadas por los Estados Unidos. 

Este cambio de rumbo, y no era un detalle menor, se da cuando las organizaciones revolucionarias en toda América habían sido derrotadas. Y es en este escenario político en el que aparece en un papel principal la heroica lucha de los familiares de los compañeros caídos, expresada principal y simbólicamente en las Madres de Plaza de Mayo.

De ahí en adelante se fue desarrollando el concepto de Derechos Humanos tal como hoy se lo conoce. Los criterios y conceptos de la histórica Gremial de Abogados carecían de defensores, quizás por la sencilla razón de que muchos de ellos estaban muertos; y lo mismo puede decirse respecto de las organizaciones guerrilleras de los 70 y sus miembros, como tales. 

Estos, y aquellos, en cambio, sí pudieron ser reivindicados, pero como “víctimas”.

Y es absolutamente lógico que familiares de presos o desaparecidos pidieran “justicia” y “respeto” a los Derechos Humanos. Hoy vemos lo mismo en relación a las madres de los jóvenes muertos por la política del “Gatillo Fácil”.

Con organizaciones revolucionarias derrotadas en toda la línea, con las estructuras obreras y populares arrasadas, con una Argentina donde se llevó la conciencia de la clase trabajadora a niveles muy bajos, era imposible discutir estas cuestiones.

El criterio mencionado imperó y ya no fue posible explicar ni discutir como ahora lo hacemos. 

Los familiares de muertos y desaparecidos, aun con su entrega y sus gloriosas luchas, no eran ni pensaban como los compañeros caídos; y durante años y años no hubo posibilidad alguna de discusión de estos temas tal como aquí los planteamos.

Hoy mismo cuesta mucho; le cuesta a la Gremial como les cuesta a algunas organizaciones políticas que nos acompañan. Y en eso no somos ingenuos, la gran mayoría no piensa como nosotros.

En el 2008 un pequeño y reducido grupo de colegas, más algunos estudiantes de abogacía, hicimos renacer aquella gloriosa Gremial, ahora llamada Asociación Gremial de Abogados y Abogadas de la República Argentina y la dotamos, en su Plenario fundacional, de la Declaración de Principios ya publicada varias veces y que recomendamos también leer. 

Y así empezamos esta segunda etapa, con el ejemplo de nuestros predecesores de anteriores generaciones y tratando de rescatar y recrear los criterios históricos.

SOBRE LA SITUACIÓN EN PARAGUAY

Con esta historia ya relatada arriba, con los criterios ya mencionados, la Gremial de Abogados y Abogadas encaró desde el propio 2008 la solidaridad con los luchadores y luchadoras del PARAGUAY (también de otros países). 

Y puso mucho esfuerzo, mucha tarea, mucho trabajo jurídico, mucho cuerpo y recursos, mucha voluntad en esa solidaridad.

Como la ponemos con nuestros propios luchadores y luchadoras de Argentina, o con otros de otras latitudes.

Cuando nadie quería saber nada con los seis presos del Partido Patria Libre del Paraguay (que se presentaron a pedir refugio y el gobierno de Kirchner los encarceló), la organización FIDELA, uno de los antecedentes de esta nueva Gremial de Abogados y Abogadas, tomó el caso y luchamos duramente para evitar la extradición. No era aquel un gobierno que se caracterizara precisamente por la solidaridad con los luchadores latinoamericanos perseguidos. Ya constituida la Gremial llegamos hasta la Corte Suprema tratando de evitar esas extradiciones.

Nos entrevistamos con ministros de la Presidenta Kirchner; nos reunimos varias veces con el Obispo Lugo, antes y después de ser presidente, aquí y en Paraguay (siempre con nuestros propios recursos, jamás con dinero del Estado ni de ninguna organización); pero todo fue imposible y finalmente los Seis fueron extraditados.

Los tiempos eran otros, la Gremial recién empezaba y carecía del trabajo que hoy puede exhibir (y quizás del poco prestigio que podemos tener hoy día). También maduraron el tiempo y las condiciones para que el actual gobierno argentino haya tomado una actitud distinta con las persecuciones políticas llevadas adelante por el estado paraguayo.

La Gremial, junto a Nora Cortiñas (ella en soledad, porque tampoco la acompañaban muchos) concurríamos a algunas audiencias en Paraguay. Jamás dejamos de visitar a los presos en las cárceles de Asunción, todo, siempre, con nuestros propios recursos; a lo sumo, contando con alojamiento solidario.

Cuando aparece a la vida política paraguaya el EPP y aparecen también sus primeros presos, la Gremial era la única organización de abogados que los y las visitaba periódicamente, durante años y años, en soledad absoluta. No lográbamos solidaridad alguna ni en la Argentina ni, mucho menos, en Paraguay. 

Compañeros y compañeras nuestras hacían largos viajes para uno o dos días de visita con los presos actuales del EPP. Y estuvimos presentes durante los incidentes del golpe interno contra el presidente Lugo que terminó saliendo del gobierno como era esperable: sin pena y sin gloria.

La Gremial colaboró hoja por hoja, y palabra por palabra de los expedientes, con las defensas de los compañeros y compañeras del EPP, estuvo en las audiencias, e incluso compañeros nuestros fueron sacados de la sala de audiencias para ser interrogados por la Interpol.

Y aquí aparecen los criterios de nuestra Gremial: nunca pensamos ni dijimos ni hicimos nada que pusiera a los miembros de esa organización como víctimas. Por el contrario, contra la abrumadora mayoría de las opiniones provenientes de la izquierda y el progresismo y las Organizaciones de Derechos Humanos de Paraguay y de Argentina, siempre sostuvimos su calidad de militantes políticos revolucionarios, de insurgentes, de presos políticos. Calidad que se les negó reiteradamente, cuando no dio paso, lisa y llanamente, a acusaciones vergonzosas (para quienes las emitieron). Y por supuesto que sentimos claramente el vacío que se hizo a nuestro alrededor por defender a presos y presas paraguayas.

Si de algo sabemos es de Paraguay, como también podríamos decir lo mismo de Perú. O del País Vasco. Y quizás, en mucha menor medida, de Chile. Pero sobre todo, si de algo sabemos es de Paraguay.

Cuando asesinaron a Lilian y María Carmen y desaparece Lichita fuimos la primera organización que envió a un compañero, acompañado por un militante de una organización política, a la zona más caliente del Norte paraguayo, a Concepción, a Amambay, al Cerro Guazú, con las tropas militares de la FTC siguiéndolos a sol y a sombra.

Y con estos conocimientos y con esta experiencia real, adquirida en los lugares concretos, es que venimos a dar nuestra opinión sobre la situación del Paraguay y sobre el conflicto.

Entendemos que en el Paraguay de hoy el conflicto principal es por la tierra. Un conflicto que lleva años, muchos años y que enfrenta a los dueños absolutos de la tierra, los latifundistas, contra los campesinos, que son masivamente expulsados de sus lugares de distintas maneras.

Vemos, verificamos –porque hemos estado allí todos estos años–, que ese conflicto se desarrolló a niveles más altos de organización y lucha por parte del campesinado y de represión por parte de los latifundistas. Que la aparición del EPP implicó un avance en la conciencia y la resistencia del campesinado y, por lo tanto, el Estado subió la apuesta e hizo intervenir a las Fuerzas Armadas en el conflicto, creando las FTC y ocupando militarmente todo el norte oriental paraguayo.

Viendo la escalada de violencia que se venía y previendo lo peor, sabiendo por propia experiencia que la crueldad de los represores no tiene límites y se ensaña con los niños y las familias de los luchadores, la Gremial colaboró  *HACE MÁS DE DIEZ AÑOS*, para traer a varias mamás con niños recién nacidos o embarazadas y asentarlas en la Argentina. Eran hijos e hijas de militantes del EPP o sus parejas embarazadas. 

Hoy esto se puede decir, en aquellos años era imposible. Entre estas madres estaban las hermanas Myrian, Rosa y Laura Villalba con sus niños y la abuela Mariana. Los niños fueron escolarizados y crecieron rodeados de amor y de cuidados. Las madres también estudiaron. Laura Villalba es hoy enfermera profesional diplomada en Paraguay y en Argentina; Myrian Villalba es abogada y ejerció el Derecho Penal en Paraguay, aun viviendo en la Argentina, fue defensora de presos políticos, particularmente de su hermana Carmen, pero también realizó estudios, al igual que Rosa, para adquirir oficios calificados que permitieran sostener y mejorar las condiciones de vida de la familia.

Tanto Myrian como la respetada colega Daisy Irala trabajaron mucho por los presos políticos y no la tuvieron fácil frente a jueces, fiscales y tribunales paraguayos. Por supuesto, en soledad. Hoy Myrian junto a su mamá Mariana (abuela de las niñas) y su hermana Rosa, están, como todos saben, a la cabeza de las luchas en la Argentina por los reclamos sobre las niñas y la libertad de Carmen y Laura.

*De cómo se produjeron las muertes*

Como ya sabemos, cinco niñas con su tía Laura cruzaron al Paraguay en noviembre de 2019 y se internaron en el norte, a intentar conocer o visitar a sus padres; la inteligencia militar paraguaya con apoyo de norteamericanos, colombianos, israelíes, etc., detectó la presencia de este contingente no beligerante y desarmado e hicieron lo esperable, algo que es de manual de cualquier guerra sin códigos ni moral como la que lleva adelante el Estado paraguayo contra el campesinado y sus organizaciones armadas. Atacaron el lugar donde estaban las niñas, secuestraron a dos de ellas para luego torturarlas y asesinarlas y no pudieron asesinar al resto porque escaparon.

Cuando los militantes del EPP enviaron un contingente de tres integrantes a rescatar a las sobrevivientes los ejecutaron sin disimulo, sin códigos, sin justicia, sin Derechos Humanos. Simplemente hicieron público que habían sido asesinados por francotiradores emboscados.

El resto es historia ya conocida: la ruptura del cerco de las FTC por Anita y Tania, la captura de Laura y la desaparición de Lichita.

SOBRE LAS RESPUESTAS JURÍDICAS Y EL TRABAJO DE LA GREMIAL

Frente a la conmoción que significó el asesinato y desaparición de las niñas, las distintas visiones con cuya sumaria descripción comenzamos este documento emergieron. 

Ahora sí, cuando aparecen las “víctimas”, además niñas, y ya no se trata “solamente” de militantes combatientes, la cuestión del Paraguay tiene lugar en algunas agendas.

La Gremial, como correspondía, se centró en la lucha que había que llevar adelante y, con absoluta amplitud, estuvo desde el primer momento construyendo e impulsando la Campaña #eran niñas, que comenzó como “nacional” y rápidamente se convirtió en “internacional”; y que, desde fines de diciembre, tristemente, debió convertirse en la Campaña Internacional #eran niñas/Aparición con vida de Lichita.

La visión, quizás absolutamente mayoritaria, es la que toma el hecho coyuntural de los asesinatos y la desaparición de las niñas en manos del Estado Paraguayo. Y por tanto se desprende de las razones en las que se originan y consideran que es necesario pedirle al propio estado que “investigue”, que “haga justicia” o que permita una “investigación independiente”.

Ha habido comisiones o plataformas o grupos de respetados compañeros y compañeras que han dicho que hay que hacer eso; e incluso han dado algunos pasos en ese sentido. 

En general, nosotros y nosotras hemos hecho siempre un esfuerzo para poder articular en los espacios compartidos, aun teniendo diferencias, porque a veces lo permite la situación, privilegiando los resultados que todos buscamos. 

El problema se suscita, y no es la primera vez que nos sucede, cuando después de un trayecto de trabajo realizado, estas organizaciones lo utilizan -generalmente omitiendo mencionar nuestra participación- con fines personales o institucionales que lo desvirtúan justamente en la idea contraria que sostenemos, sin respeto a nuestra concepción de trabajo. 

En el tema del Paraguay, comenzaron a intervenir distintos espacios y a expresarse distintas miradas, pero en el caso de algunos de ellos, sin consultarnos en forma previa acerca del trabajo que veníamos desarrollando, desplegaron una serie de pasos, medidas o acciones que se iban a realizar en Paraguay.

Algunas de esas  acciones van en sentido contrario a las que veníamos trabajando; y eso es algo que nos ha preocupado. 

Sólo a modo de ejemplo: si sostenemos que el Estado del Paraguay es Terrorista (que ya de por sí es difícil impulsar, pues, en general, no siempre los Organismos de DDHH aceptan que esta configuración pueda darse en democracia), estamos hablando de una conformación en la que ya no quedarán resquicios para plantear recurso alguno interno desde donde la legalidad burguesa pueda introducirse. Si ésa es la estrategia, pedir investigación independiente al mismo Estado le quita el carácter de Terrorismo de Estado y le da oxígeno a la idea de que aún existen instancias del “estado democrático de derecho” que pudieran contemplar esa posibilidad. 

Esto, por supuesto, es distinto a la necesidad jurídica práctica, en ciertas cuestiones, de agotar, o dar por agotadas, instancias internas antes de recurrir a las instancias internacionales.

Fuera de ello, de verdad creemos que, salvo los abogados y abogadas paraguayos (y no todos), tenemos compañeros colegas de la Gremial que conocen lo suficiente el Derecho Penal del Paraguay, como así también su Constitución, y por si fuera poco, conocen el funcionamiento de los tribunales por haber presenciado e, incluso, participado de los juicios; conocen juzgados de instrucción, fiscalías, etc., y conocen a muchos de los personajes que ocupan esos cargos. Saben lo jodidos que son cada uno de ellos, cómo actúan y cómo las gastan con quienes no son muy avispados en esos procedimientos.

Lo cierto es que, sabiendo de toda esta experiencia que la Gremial acumuló, no nos consultaron para nada. Obviamente están en su derecho, carecían de obligación alguna. Y tampoco tendrán ninguna obligación de consultarnos futuras comisiones que vayan al Paraguay.

Pero nosotros sí tenemos la obligación de hacer saber o reiterar una vez más, todo lo que la Gremial ha hecho por las niñas, por Lichita y por Laura desde el punto de vista jurídico a partir de la ejecución de las niñas.

DEFENSA DE LAURA VILLALBA

La colega que reemplazó a Daisy Irala, Sinthia Ruiz, presentó un pedido de traslado de Laura Villalba desde la cárcel militar donde se encuentra detenida por orden de la jueza interviniente; solicitud que fue denegada, apelada y nuevamente denegada.

Contra esas decisiones en sede judicial no proceden los habeas corpus, sólo agotar las instancias recursivas.

La Gremial y sus integrantes, están a disposición de Sinthia Ruiz, siguiendo nuestra costumbre, para lo que ella y la familia, en este caso, de Laura, decidan en cuanto al rumbo de la causa. 

PRESENTACIONES INTERNACIONALES

En este tema también aparecen las dos concepciones explicadas arriba.

Como partimos de la base que estamos hablando de un Estado Terrorista, la Gremial de Abogados y Abogadas estableció dos líneas de intervención de “afuera hacia adentro”: incidir en el Estado Argentino para que se involucre e intervenga, convirtiendo los hechos sucedidos en un conflicto diplomático -que lo es realmente- y, por otro lado, realizar denuncias en el sistema internacional, en el que se eligió el sistema de Naciones Unidas. Nuestro país, en ese sentido, ha tenido amplia experiencia durante la última dictadura militar del valor de estas acciones. 

La Gremial hizo las siguientes presentaciones que fueron publicitadas por comunicados y conferencias de prensa masivas en las que intervinieron prestigiosos compañeros y compañeras, entre ellos varios componentes de la última misión al Paraguay

1) Presentación ante la Relatoría Especial de Ejecuciones Sumarias de las Naciones Unidas.

Esta presentación se hizo primero por escrito con mucha fundamentación y pruebas, sus textos fueron dados a conocer por la Gremial, están en sus sitios web y quedan a disposición de quienes los requieran o nos pidan asesoramiento.

Justamente deben poseer una gran calidad técnica, fundamentación y prueba puesto que de lo contrario no tendrán acogida favorable por los miembros de la Relatoría.

Una vez acogidos a trámite, el Comité determinó la audiencia donde declararon las testigos Tania y Anita. Las adolescentes relataron, con presencia permanente de la Gremial, todos los pormenores de las capturas de sus primas, como así también las ejecuciones de los tres militantes del EPP que fueron a rescatarlas, incidente en el cual fue herida Lichita por segunda vez.

2) Presentación ante el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas.

La Gremial hizo esta presentación por las dos niñas asesinadas, con igual calidad técnica que la anterior.

A su vez la Gremial patrocinó a Anita en su denuncia por la desaparición de su hermana melliza Lichita.

En este Comité, una vez aprobado el trámite, declaró Anita acompañada por la Gremial y por Marisa Graham, Defensora Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes de la Argentina.

3) Estas dos presentaciones de la Gremial de Abogados y Abogadas de Argentina, fueron la base con la cual se expide en forma pública la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michele Bachelet.

Primero la Alta Comisionada le requiere explicaciones al Gobierno del Paraguay, éste contesta con información que resultó “no satisfactoria” para el Organismo y por lo tanto la Alta Comisionada emite un pronunciamiento declarando su “profunda preocupación” a partir de que “se han conocido testimonios fiables” (o sea los de Tania y Anita), intimando al Gobierno del Paraguay a que busque a Lichita y reclamando una investigación independiente sobre las ejecuciones de las niñas.

Todo a la “luz de los testimonios” dice textualmente.

También pide por la situación de Laura Villalba

4) A partir de todas estas presentaciones, el Comité de Desaparición Forzada de las Naciones Unidas, a pedido del Comité de los Derechos del Niño, interviene de oficio dando por cierto los testimonios de las sobrevivientes Anita y Tania e inicia una “acción urgente” que sigue en proceso.

El gobierno paraguayo produjo una contestación que era verdaderamente un desastre y, por lo tanto, este Comité sigue aún trabajando en el tema.

GESTIONES ANTE EL GOBIERNO ARGENTINO

La Gremial presentó los refugios de los miembros de la Familia Villalba de nacionalidad paraguaya, cinco de los cuales fueron otorgados y se encuentran en trámite otros dos. 

También sostuvo reuniones con Cancillería donde se logró que el gobierno argentino solicitara el ingreso al Paraguay del Equipo de Antropología Forense, con relación a las niñas asesinadas. 

Cancillería también sostuvo una postura de reclamo frente al gobierno del Paraguay, siendo parte de la agenda en los encuentros que ha sostenido con dicho gobierno en sus relaciones bilaterales. 

Del mismo modo se logró trasladar a la familia desde la Provincia de Misiones a Buenos Aires, asumiendo las gestiones de lugar y contención de los niños, niñas y adolescentes que son parte del grupo familiar. 

NADA HUBIERA SIDO POSIBLE SIN LA ACCIÓN DE LA GREMIAL

Todas estas presentaciones implicaron un ingente trabajo muy completo por parte de dos o tres compañeras/os colegas que no dejaron puntos pendientes.

Sin estas presentaciones concretas, tangibles, reales, efectivas, nada hubiera sido posible; y hoy seguiríamos reclamando y declamando por vía de medios de comunicación y por vía de Comisiones o Plataformas.

De esto hablamos cuando hablamos de que sabemos de lo que hablamos.

PEDIMOS EVITAR CONTRADICCIONES CON NUESTRO TRABAJO

Como puede apreciarse se trata de un trabajo intenso que aún está en marcha. La Gremial eligió el camino de las denuncias internacionales ante los organismos de las Naciones Unidas.

Se podía haber elegido otro, u otros, la Gremial eligió este, y por lo que sabemos nadie, ningún organismo de DDHH, ningún abogado u abogada de los tantos que hay en la Argentina y en Paraguay, ninguna Comisión o Plataforma, produjo ninguna otra presentación, ni mejor ni peor, directamente no hubo otras presentaciones.

Por supuesto se podrá criticar nuestro trabajo, pero en tal caso preferiríamos que se lo haga desde otras tareas o presentaciones concretas y no desde la teoría.

Ahora bien, hemos visto que algunos planteos pueden resultar verdaderamente contradictorios con nuestro trabajo ya avanzado, por ejemplo, pedir la intervención del Sistema Interamericano.

Se elige uno u otro camino, y si ya estamos en el nuestro y nadie nos indicó ni nos sugirió otro, vemos mal que todo este trabajo se afecte por presentaciones que pueden ser TÉCNICAMENTE contradictorias con lo que se viene haciendo.

El otro punto está referido respecto de a quién se le pide o requiere intervención. La Gremial entendió que todo reclamo al Estado Paraguayo no debería provenir en forma directa en consideración que son los propios autores de las atrocidades y con ese criterio elegimos que sean los organismos internacionales quienes actúen.

De manera que si se pide ahora una “investigación independiente” tenemos que recordarles que eso ya fue requerido por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos y está en curso. Todo a instancias de la Gremial. Y todo ello abarca tanto a Lichita, las niñas asesinadas, Laura presa y hasta los tres militantes del EPP ejecutados por los militares.

También, a partir de esas acciones, el Comité de los Derechos del Niño inició una investigación propia que se encuentra en curso. 

Reiteramos una vez más, ni consultarnos es una obligación, ni crear comisiones o plataformas con objetivos similares a los ya trajinados por nosotros es una prohibición, ni hacer las presentaciones que se consideren pertinentes es algo que debamos evitar.

Pero nos corresponde y asumimos el derecho de informar todo lo que venimos haciendo.

SOBRE LA LIBERTAD DE LAURA VILLALBA Y SOBRE LAS NIÑAS ASESINADAS

La Gremial de Abogados y Abogadas no dejará de seguir adelante con todo lo que viene haciendo por la aparición de Lichita y acrecentar todo lo que hicimos por la libertad de Carmen Villalba, ya próxima a cumplir su condena. 

Para dar un ejemplo sobre Carmen: cuando un comando del EPP atacó un camión militar, dando muerte a ocho miembros de las tropas especializadas, hubo amenazas creíbles de represalias contra su integridad física o de su traslado fuera de la Cárcel del Buen Pastor; es más, la sacaron de allí y la llevaron a un cuartel policial. Temíamos lo peor, sobre todo considerando la experiencia argentina de ejecuciones de prisioneros ante operaciones militares de las organizaciones armadas durante la Dictadura.

La Gremial de Argentina produjo rápidamente una presentación internacional que dio sus frutos y, gracias a esta y el trabajo de las abogadas en Paraguay, Carmen fue devuelta al Buen Pastor.

Lo concreto, entonces, es que la Gremial seguirá con las acciones y presentaciones que nos pidieron desde la familia Villalba en Argentina, salvo que expresamente nos manifiesten otras directivas, cosa que no vemos que ocurra porque nos han ratificado las designaciones.

Además, tenemos que informar que la familia Villalba en la Argentina nos han encomendado expresamente que continuemos e iniciemos una Campaña por la Libertad de Laura Villalba, concretamente nos lo encomiendan su mamá Mariana y su hermana Myrian. 

Del mismo modo *Laura firmó la presentación* al Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas por su detención ilegal y su reclusión en un cuartel militar. 

Asimismo, nos encomiendan que profundicemos las tareas relacionadas con las denuncias de las ejecuciones de las niñas Lilian Mariana y María Carmen.

La Gremial tomará con la misma seriedad de siempre la tarea encomendada y agradecemos profundamente la confianza que depositan en nosotros.

Pediremos a todas las organizaciones que nos acompañen, que confíen en nosotros como lo han hecho durante muchos años y que nos ayuden en estos trabajos y en las luchas que se vienen.

Diseñaremos todo lo que sea necesario para la campaña, informaremos puntualmente cada paso como siempre lo hacemos y pedimos que nos digan, nos avisen y nos confirmen la voluntad de ser parte de la misma.

Laura Villalba tiene una abogada defensora en Paraguay con la que tenemos muy buena relación y viene trabajando bastante. Valoramos mucho su trabajo.

La colega cobra honorarios, como cobra y corresponde que cobre cualquier profesional. Los abogados viven de su trabajo y cobran, como cualquier otro trabajador.

La familia Villalba nos informa que tiene serios inconvenientes en conseguir los fondos para pagar los honorarios de la abogada, hasta ahora le han podido pagar, pero se trata de sumas que no están a su alcance y probablemente tampoco estarían al alcance de muchísimas organizaciones de la Argentina, de la gran mayoría seguro.

No cuestionamos el valor del trabajo de la colega paraguaya porque sabemos que en Argentina cualquier abogado que se consulte para una causa como la de Laura Villalba cobraría seguramente más; aunque nos resulte mucho dinero, es lo que cobran los abogados y no lo cuestionamos en absoluto.

La campaña por la Libertad de Laura implicará conseguir los fondos para pagar los honorarios de la colega. No será tarea fácil.

CONCLUSIÓN: DARLE CON TODO A LA CAMPAÑA

Jamás dirá la Gremial de Abogados y Abogadas que no pretende polemizar, justamente la polémica es lo que, entendemos, ayudará a intentar síntesis. 

Sin plantear lo que pensamos será imposible cualquier acercamiento, síntesis o coordinación.

Nos negaremos siempre a las recomendaciones que nos suelen hacer en Argentina o en Paraguay, respecto de que “lo importante en la Unidad”. Esa “Unidad”, para la Gremial, debe basarse en acuerdos, no en lanzarse actividades sin proyectos, sin objetos claros, sin hojas de ruta respecto de actividades carentes de argumentos. Esas “unidades” duran poco. No es la forma de trabajo de a Gremial, nunca lo ha sido.

La unidad es una herramienta y las características concretas que debe tomar esa herramienta están determinadas por la tarea a emprender. 

No nos negamos a sentarnos a conversar lo que fuere, sea en la generalidad o la particularidad de Paraguay, si nos convocan con un planteo concreto y con un temario de acciones que nos sea posible discutir.

Por supuesto, la Gremial planteará con énfasis sus criterios.

Lo que nos caracteriza es que todo, absolutamente todo, lo que decimos, los comunicados, las publicaciones, los escritos (incluyendo éste mismo), siempre tendrán que ver con una práctica.

Jamás escucharán o leerán a la Gremial de la Argentina hablar desde la teoría o desde el plano de las meras ideas u opiniones. 

Porque nuestras ideas son siempre y en todo momento sustentadas y acompañadas por una práctica concreta.

Por eso, durante años y años, la Gremial trabajó, produjo, hizo, estuvo, puso todo su saber y su voluntad en las causas que nos encomendaron, incluyendo las causas relacionadas con el conflicto del Paraguay. Convengamos que hacer primero, para luego poner sobre la mesa la producción concreta de la Gremial y por último analizarla, aunque sea en controversia con otros planteos, nos otorga un mínimo de autoridad moral. 

Y esto es lo que pedimos se considere.

Cuando se discutan estos puntos, sea sobre los DDHH en general, sea el conflicto paraguayo, pedimos que se haga un esfuerzo en diferenciar entre los que discuten desde las ideas o desde sus propias ideas, y los que discutimos desde la producción y los hechos concretos.

Daría más seguridad y tranquilidad a todos.

Desde este punto de vista y desde este marco, es que ponemos en marcha la campaña por la Libertad de Laura Villalba, con una presentación internacional sobre su detención ilegal y la reclusión en un cuartel militar, denuncia que *Laura firmó expresamente* y sostendremos las denuncias y planteos internacionales por las niñas asesinadas como aspectos principales que nos encarga la familia.

Nada nos apartará de nuestro compromiso con el pedido de aparición con vida de Lichita y de condena a estado y gobiernos paraguayos por el crimen de desaparición forzada.

Y, por supuesto, mantendremos nuestro compromiso de siempre por la libertad de Carmen Villalba, Francisca Andino y todos los presos y presas políticos del Paraguay.

Todas nuestras presentaciones las continuaremos con misma profundidad, salvo que expresamente se designen otros equipos jurídicos para que nos reemplacen. En definitiva, lo que siempre hacemos.

Si, como creemos, todos los que nos conocen, aun muchos de los que no necesariamente acuerdan en todo con nosotros, nos acompañan; les pedimos a todos y todos que ¡¡vayamos con todo por la Campaña!!!!

Asociación Gremial de Abogados y Abogadas de la República Argentina

Abril 2021



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