Desde hace varios días, las autoridades nacionales advierten sobre el fuerte crecimiento de los contagios del COVID-19 en todo el país. Como pasó en otros lugares del mundo, Argentina está entrando en la “segunda ola”.
Luego de algunos meses de relativa calma, a mediados de marzo la curva de casos de coronavirus volvió a crecer en Argentina, nuevamente con epicentro en el Área Metropolitana de Buenos Aires, obligando a las autoridades nacionales y locales a evaluar medidas de restricción a la circulación, que permitan detener el aumento hasta lograr el objetivo de la vacunación masiva.
Aunque esta segunda ola encuentra al sistema de salud fortalecido, ya que el personal fue vacunado en su totalidad, el riesgo de colapso es inminente debido a la escasez de camas de internación de terapia intensiva. En el día de ayer, la Unidad Febril del Hospital Tornú debió poner un límite a los hisopados dos horas antes de su horario de cierre debido a que para las 18 hs ya se habían realizado más de 220 test, superando ampliamente la capacidad de procesamiento del área.
En declaraciones a medios nacionales, Paola Dahlberg, médica clínica y supervisora de la UFU del Tornú, afirmó que “venimos con un aumento muy notable de la cantidad de gente que viene a hisoparse y de la positividad que tenemos”.
Marcelo Fernández, profesional de la salud del hospital, sostuvo que “las camas de Unidades de Cuidados intensivos están todas ocupadas, tenemos las salas de internación casi también a pleno y la guardia está saturada de pacientes”.
En la Ciudad de Buenos Aires, todos los hospitales están en la misma situación, por lo que es imprescindible seguir cuidándose, salir solo lo justo y necesario, usar barbijo, lavarse las manos y ventilar los ambientes.
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