5/08/2020
Titulo este texto con la tendencia de Twitter, de ayer. Evoca un deseo de justicia que viene del siglo pasado y que en razón a tanta corrupción e impunidad se iba distanciando cada vez más de la realidad probable, así que celebro profundamente haber visto hoy con mis ojos #PorFinla noticia de que la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia ordenó casa por cárcel a Álvaro Uribe Vélez por los presuntos delitos de fraude procesal y soborno.
Son muchas las reflexiones de una jornada como la de hoy; una, que se haya gestado a partir del revés del destino, o lo que mostró hoy Bacteria (@ElTajalapiz) como el boomerang. Un debate sobre paramilitarismo citado por el Senador Iván Cepeda, denunciando una presunta participación de Uribe y allegados en la conformación de estructuras paramilitares en Antioquia y Córdoba, se convirtió en una denuncia a Cepeda por calumnia, acusándolo de comprar testigos. Por esta investigación e interceptaciones, la Corte estableció que quien estaba comprando testigos era el expresidente Uribe. Ufff, como decimos en Colombia, “les salió el tiro por la culata” o “fueron por lana y salieron trasquilados”.
Vínculos con el narcotráfico, ser uno de los autores intelectuales de las masacres de El Aro, La Granja y San Roque, declarados por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia como crímenes de lesa humanidad, más de 10 mil casos de ejecuciones extrajudiciales, persecución a través del DAS, a periodistas, defensores de derechos humanos, políticos de la oposición y magistrados de altas cortes, son algunas de las más de 200 investigaciones en contra de Uribe, por lo que no deja de sorprender que la orden de su detención sea por un delito de “menor envergadura”. Como pasó con Al Capone, todo un gánster encarcelado por evasión de impuestos. Bueno, “algo es algo”.
Qué decir de la desesperanza que nos embargaba a quienes veíamos con impotencia los innumerables quites que el Senador le hizo a la justicia y nos preguntábamos cómo es posible juzgar un delito como el cohecho y que pague solo una de las (necesariamente) dos partes involucradas. Fueron entonces condenados Yidis Medina, Sabas Pretelt, Diego Palacios y ¿el interesado?, bien, gracias, haciendo de las suyas. ¿A cuántos familiares, congresistas, políticos, militares, etc., de su círculo, han condenado por delitos en los que es tan fácil presumir su participación, por no decir su creación?
La bonita de todas las reflexiones, darle el mérito a la Corte Suprema de Justicia, y como citaron muchos expertos, esto demuestra que nadie en Colombia está por encima de la Constitución y la Ley. Es un respiro saber que no todas las conciencias tienen precio, que el sesgo del fanatismo del Uribismo no tiene por qué seguir imperando en nuestro país, aunque jueces y magistrados con pruebas más contundentes y más numerosas que las obtenidas por este caso, no hayan proferido en su contraantes. Un aplauso sentido y solidario por estas personas que por unanimidad impusieron la detención preventiva a Uribe, demostrando su idoneidad, integridad, ética y compromiso con el país, asumiendo con ello los riesgos tenebrosos que enfrentarse a Uribe, provocan. No por nada han muerto por lo menos 15 testigos que habían declarado en su contra.
Otro importante reconocimiento es para Iván Cepeda, a quien Gustavo Petro dirigió uno de sus trinos de ayer: “Con estoicismo, a pesar de su enfermedad, quizás causada por el ataque, Iván Cepeda resistió. Hijo de un senador de la UP asesinado, hoy el mismo senador, ha sabido conducir el propio golpe hacia el poderoso mismo.”Cepeda le respondió reconociendo ser un “continuador de los grandes debates que hiciste en el Congreso de la República en los que desenmascaraste la parapolítica. El país siempre reconocerá tu inmenso aporte a la verdad de la historia de violencia política que ha padecido Colombia.” Humildemente este hombre valiente, con su aplomo, claridad y contundencia ha enfrentado al monstruo de quién sabe cuántas cabezas, que ha osado llevar al país a la debacle y que hoy nos hace orar por su vida y por la de personas como la de Ricardo Diosa, quien ayer denunció ante la Fiscalía, amenazas. Diosa, testigo contra Uribe, recibió 10 millones de pesos como parte del soborno de 200millones presuntamente ofrecido a su tío, el paramilitar Carlos Enrique Vélez.
Mi última y más profundareflexiónes por las víctimas. Mientras para los Uribistas la casa por cárcel para su líder máximo, se trata, entre otras cosas, del mal disfrazado de bien, sus víctimas celebran el halo de justicia que significa esta noticia. El dolor de las madres que han buscado a sus hijos después de una década sin saber en qué fosas los enterraron, de todas las familias desplazadas por el paramilitarismo, los muertos de masacres que Gloria Cuartas ha narrado una y otra vez, buscando que sus palabras alguna vez trajeran justicia, los revictimizados, que después de recuperar sus tierras fueron nuevamente sacados de sus territorios, miles de víctimas que han sufrido en carne propia la barbarie y el horror. Por ellos, hoy Colombia amanecerá con un poco de la dignidad perdida. Porque el encierro de un patrón en su finca 5 estrellas no es aún justicia suficiente para un criminal, aun así celebramos con mesura este paso. Sabemos que viene una ardua campaña de victimización encabezada por Duque, a quien cuesta mucho decirle Presidente, y que vendrán todo tipo de volteretas, artimañas y sabotajes. Sabemos que la polarización se polarizará más, pero aun así, hoy nos despertamos con la ilusión de que hay esperanza, #porfin.
Braviiiiiiosimoooo!!! Felicitaciones!!! Es un placer leerte! Ver hechas palabras dolores y reflexiones que no nos son ajenas como personas y como ciudadanos en la existencia convulsa de ser, de ser en estos tiempos, de ser en este lugar del mundo, de ser en esta piel. Qué tú voz siga siendo eco de nuestros dolores y de nuestras esperanzas.
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