viernes, 7 de agosto de 2020

DETRÁS DEL MANIQUEÍSMO...

DAMIAN RIPETTA


 Ustedes discúlpenme, pero el mundo no funciona a base de esos maquiavelismos sádicos que vendió el cristianismo. No existen los demonios ni los lacayos de ellos que tomen sangre de bebés para reproducirse. Ni eso, ni la estupidez conspirativa por la cual hasta la pandemia es fruto de un plan de dominación, o una guerra bacteriológica o boludeces así.

Leuco (h), que es un sorete importante, dijo que su festejo se debió a las buenas nuevas del rating que le avisaron por privado. No tengo motivos para no creerle y ver en el gesto una tremenda falta de "timing", una torpeza formidable. En ese caso lo que muestra es la perversión de un sistema de medios hecho a la medida del capitalismo. No hay responsabilidad informativa, no hay una apuesta al desarrollo comunitario (cultural, formativo, cuidados, etc). La competencia es feroz, se traduce en rentabilidad y en el camino vale todo. Como la irresponsable de Viviana Canosa bebiendo cloro diluído en la TV.

Pensar en monstruos inmorales que pueden festejar un aumento exponencial de los contagios y el sufrimiento humano, ¡DELANTE DE LAS CÁMARAS!, no sólo le baja el precio a tales monstruos sino que corre el eje de la cuestión principal. A saber, la reproducción de una sociedad que legitima su bestialización en aras de la reproducción del capital. Donde todo vale y todo es mercantilizable (la vida, la felicidad, la salud, la integridad, incluso la supervivencia en esa búsqueda). Y los medios no son ajenos a eso.

La grotesca e infamante disputa peronismo-macrismo en los medios, aunque algunos parezcan más salvajes (y probablemente lo sean) es un capítulo mas de esa bestialización. Es parte de su reproducción politica que violenta hasta lo más sagrado. Todo, hasta la desaparición de personas o contagios masivos, se pone en la balanza del oportunismo politico para mediar en esa disputa interburguesa, donde son todos miserables. En esa disputa, incluso lo más creíble o increíble que diga o haga un periodista, va a ser creído o cuestionado de la manera más ciega y obtusa posible por su parte y contraparte.

Leuco (h) es un sorete. Independientemente de una "torpeza" así. El problema es otro.



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